Para los amantes de la pesca y el medio ambiente acuático, un lugar que no se debe pasar por alto, al visitar Panamá, es el Golfo de Chiriquí. Creado en 1994 como espacio de protección de ecosistemas marinos, como arrecifes de coral y manglares. Este paisaje se encuentra situado alrededor de dos docenas de islas pertenecientes a archipiélago de las Islas Perdidas, y se puede acceder a él mediante botes.
El clima tropical con una humedad relativa considerable, permite el desarrollo de los bosques en las diferentes Islas. En ellos predomina el roble, el cedro espino, el cedro amargo y el corotú.
Por otra parte, en las playas habitan ballenas jorobadas, tiburones martillo, peces como el wahoo, el marlin negro y el pez vela, tortugas marinas, iguanas y ranas. Desde el aire se pueden ver los loros pericos, conejos, mapaches, y monos, entre otras muchas especies. Y es que este parque tiene su fama en la valiosa vida silvestre que posee. No escapan a este paisaje los arrecifes coralinos y sus praderas marinas, razón por la que aquellos amantes del buceo y la exploración submarina viajan miles de quilómetros para ser testigo.
En el Golfo de Chiriquí usted podrá practicar la pesca deportiva de primer nivel. Esta área hermosa en el golfo de Panamá posee el honor de ser el segundo arrecife más grande en el Pacífico. Por su diversidad ecológica es considerada como una verdadera joya.
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